Ante la falta de ideas del tamaño de la ciencia ficción, grandes mentes buscan guía tecnológica y ética
(BBC Mundo). “Queríamos autos voladores, en cambio nos dieron ‘140 caracteres’”:http://elcomercio.pe/tag/199254/twitter.
Eso dijo el empresario e inversor de capital riesgo de Silicon Valley Peter Thiel, lamentando el alcance de algunos de los productos tecnológicos más familiares.
Thiel cofundó Facebook y el servicio de pagos por internet PayPal, así que conoce bien a las estrellas del mundo tecnológico y cree que las mejores mentes están demasiado ocupadas haciendo productos de baja escala con poco impacto en la vida de hoy y del futuro.
El “colapso de la ciencia ficción” desde los años 50 y 60 fue el gran causante de todo esto, le dijo a la BBC en 2010.
“Solía haber mucha literatura sobre el futuro y sobre cómo sería el mundo: la historia futura. Eso se ha disipado”, señaló.
Ahora, la corriente predominante en ciencia ficción muestra tecnología que se envileció. Pero, ¿necesitan los científicos y tecnólogos de la ciencia ficción para inspirarse y hacer nuevos productos?
PENSAR EN GRANDE
Al autor Julio Verne se le acredita haber inspirado a Simon Lake, el inventor de los primeros submarinos de la Armada de Estados Unidos, con “Veinte mil leguas de viaje submarino”, y a Igor Sikorsky para hacer el helicóptero moderno con “Robur, el conquistador”.
Y el nombre del arma de electrochoques Taser es un acrónimo de “Thomas A. Swift’s Electric Rifle” (rifle eléctrico de Thomas A. Swift), una creación del inventor ficticio Tom Swift: el físico de la NASA Jack Cover era un fan del personaje y creó el artefacto en la vida real.
Pero no todos piensan que hoy en día se sufre de falta de ambición. “El hecho es que los autos voladores están por llegar”, le dice a la BBC el empresario, ingeniero y cofundador de la Universidad de la Singularidad Peter Diamandis.
Asegura además que mucha gente en Silicon Valley tiene ideas del tamaño de la ciencia ficción. Apunta hacia Google X Lab y su trabajo en las gafas Google y los autos voladores; a la empresa de transporte aeroespacialSpaceX de Elon Musk -cuyo objetivo es colonizar Marte- y a su propia fundación X Prize, que organiza competencias tecnológicas.
El desafío actual de X Prize es crear un “Tricorder”, el aparato de mano que usan para diagnosticar enfermedades en “Viaje a las estrellas”. El diseño ganador recibirá US$10 millones.
“La ciencia ficción ayuda a los científicos y tecnólogos a pensar de manera disruptiva”, señala.
No obstante, concuerda con la afirmación de que en la actualidad los productos tecnológicos más familiares siguen el modelo de Silicon Valley de innovación gradual.
LA CUESTIÓN ÉTICA
El experto en informática y director de Tecnología de la Universidad de Harvard, Jim Waldo piensa que la ciencia ficción es una plataforma importante en la cual se pueden explorar las consecuencias de las nuevas tecnologías.
Waldo ayudó a crear “DarkStar”, una plataforma de juegos y desarrollo de 3D, para los laboratorios Sun Microsystems. Señala que ninguna de sus creaciones vino de la ciencia ficción, pero que ésta ha ayudado a examinar su impacto.
“Tendemos a no pensar en las consecuencias de nuestra tecnología”, le dice a la BBC.
“Ver qué implica la tecnología puede darle una señal de alerta a quienes la crean y ayudarlos a ser conscientes de que lo que hacen tendrá un impacto real en la evolución política y moral del mundo”, explica.
MIRAR A NUESTRO ALREDEDOR
Para algunos, es imperativo examinar los efectos a largo plazo de la tecnología que ya estamos utilizando. La neurocientífica Susan Greenfieldha estado profundizando sobre el impacto de las redes sociales en el cerebro.
Además de su investigación convencional, escribió una novela de ciencia ficción llamada 2121.
Lo hizo, explica, porque con la investigación científica es fácil enredarse en los detalles, mientras que la novela le proveyó una visión más amplia. Además, la ayudó a enfocarse en diferentes áreas de la experiencia humana.
“Se pueden explorar asuntos milenarios que no están en los documentos clásicos de ciencia, sino en la ficción de las relaciones, la identidad y lo que hace que una persona sea distinta a la otra”, le dice a la BBC.
NARRATIVAS ASOMBROSAS
Para el documentarista Jason Silva, la ciencia ficción es importante para propiciar la mentalidad indicada para aprovechar el potencial humano que haga que surjan ideas realmente innovadoras.
Silva, quien es el anfitrión de “Brain Games” en el canal de National Geographic, hace énfasis en el poder de lo asombroso no sólo para inspirar sino también para cambiar la química misma de nuestros cerebros, permitiéndonos superar límites.
Cita el trabajo del psicólogo Nicholas Humphrey, quien dice que quedarse deslumbrado reconfigura el cerebro y nos da una razón de ser que nos impulsa a esmerarnos.
“La Humanidad piensa en narrativas. La narrativa es indispensable para que la gente siga soñando”, afirma, en conversación con la BBC.
LA HISTORIA QUE NOS CONTAMOS
Esa es la línea que sigue el Centro para la Ciencia y la Imaginación de la Universidad del Estado de Arizona. El proyecto “Hieroglyph” reúne a autores de ciencia ficción y a científicos para que colaboren y creen nuevas narrativas sobre el potencial humano y el futuro.
“La misión del centro es hacer que la gente piense más ambiciosa y creativamente sobre el futuro”, declara su director, Ed Finn.
Añade que nuestra ambición ha disminuido considerablemente: EE.UU. ha pasado de las misiones Apolo a la Luna y los grandes cambios de infraestructura de los 50 y 60 a no tener un programa espacial propio y a gente que conduce sus autos sobre puentes construidos hace medio siglo.
El centro cree que la ciencia ficción es esencial para ser ambicioso a la hora de pensar en el futuro.
“Nuestra meta es tratar de expandir el horizonte”, dice Finn. “Se trata de cambiar la historia que nos contamos sobre el futuro”.
QUIENES REALMENTE ESTÁN NECESITADOS
Pero quizás es un grupo de gente totalmente distinto el que más necesita de la ciencia ficción: los gobiernos. Diamandis alega que la tecnología está cambiando la sociedad de una manera para la cual no está equipada.
“Nos dirigimos hacia una sociedad en la que la inteligencia artificial y la robótica van a transformar los lugares de trabajo en los próximos 20 años y en la que muchas de las instituciones tradicionales, gubernamentales e incluso estructuras industriales, van a cambiar rápidamente, colapsar y ser remplazadas”, pronostica.
“Todas esas estructuras fueron creadas hace cientos de años, en una época muy distinta”.